La situación no era ni es buena

Zárate no es una isla

Secretario de Salud de Zárate, Marcelo Schiavoni.
Secretario de Salud de Zárate, Marcelo Schiavoni.

Por Eduardo Rivas, corresponsal de NOVA en Zárate.

Lo dijimos hace un tiempo (https://principedelmanicomio.wordpress.com/2021/03/28/nueva-ola/), unos días después lo reiteramos (https://principedelmanicomio.wordpress.com/2021/03/31/la-realidad-de-las-cosas/), la situación del COVID-19 en Zárate no era ni es buena, y no porque nosotros lo dijéramos sino porque las estadísticas oficiales así lo exhibían y exhiben. Pasó el tiempo y marzo cerró de la peor manera.

Zárate sobrepasa los dos parámetros adoptados por el Gobierno Nacional para determinar el grado de criticidad del avance del COVID-19 en un Distrito. No solo la situación general, que Zárate viene sobrepasando desde bastante tiempo atrás, sino fundamentalmente la velocidad de avance de los casos positivos.

Así entonces Zárate alcanzó el pasado miércoles un indicador de 1,27, que 24 horas más tarde ya había ascendido a 1,33, en lo que refiere al cociente (resultado de dividir) entre el número de casos confirmados acumulados en los últimos 14 días y el número de casos confirmados acumulados en los 14 días previos, indicador que prevé un nivel de quiebre en 1,20, y un indicador de 258,3 en lo que refiere al número de casos confirmados acumulados de los últimos 14 días por 100 mil habitantes, y 24 horas después llegó a 271,4, donde está establecido como límite el valor de 150.

El Decreto nacional 4/21 del 8 de enero de 1921 (http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/345000-349999/346136/norma.htm) estipula que en caso que ambos indicadores sobrepasen los valores de referencia ‘se define que existe alto riesgo sanitario y condiciones epidemiológicas que ameritan por parte de los Gobernadores y las Gobernadoras de Provincias y del Jefe de Gobierno de la CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES, adoptar medidas de limitación de la circulación’. Zárate los sobrepasó a principio de año (https://principedelmanicomio.wordpress.com/2021/01/09/y-ahora-2/) y ni el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires aplicó restricción alguna ni el Municipio de Zárate las solicitó. Por lo tanto, por la negligencia del gobierno municipal perdimos tres meses de lucha contra el COVID 19.

¿Qué ocurrirá ahora?

No es que se pida volver a fase 1, algo imposible dado el devenir de los acontecimientos en el último año, lo que hace falta es que el Intendente Municipal Osvaldo Cáffaro y su Secretario de Salud, suponemos que ya no interino, Marcelo Schiavoni ‘tomen el toro por las astas’ y asuman sus responsabilidades.

No se puede seguir mirando hacia el costado como si nada pasara.

No se puede intentar surfear la ola esperando que la realidad local quede subsumida por la realidad provincial.

Zárate debe hacerse cargo de su realidad y buscar modificarla.

El Consejo (que no aconseja) Asesor (aunque no asesora) en materia de Salud estuvo 55 días sin reunirse cuando la evidencia empírica de las estadísticas demostraba que el Distrito estaba amesetado en valores elevados, y no se hizo absolutamente nada. Ni en el mes que gobernó Ariel Ríos ni en los dos meses que retomó el gobierno Osvaldo Cáffaro. La única propuesta fue instar 'a la ciudadanía a profundizar cada uno de los cuidados individuales'.

El Concejo Deliberante mira sin mirar, y por supuesto sin hacerse cargo de la cuota parte de responsabilidad que les compete en el Gobierno municipal, siguen dedicando el tiempo en proyectos de comunicación y resolución que no son más que expresiones de deseos inútiles. Máxime con este Intendente que gobierna de espaldas al Concejo Deliberante, actuación que los veinte concejales conocen y no hacen absolutamente nada para que ello no ocurra.

Pero mientras todo esto ocurre, el COVID-19 sigue avanzando y cada día que pasa es otro día perdido.

Es necesario que todos entendamos la gravedad de la hora. Hoy estamos mucho peor que un año atrás. Hay más casos, hay mayor rapidez en los contagios, hay mayor cantidad de fallecidos, hay menor capacidad sanitaria, los trabajadores de la salud pasaron un año durísimo y se les avecinan días peores.

Realmente estamos muy mal.

Hay quien cree que se pretende hacer oposición política partidaria de esta realidad, lejos estamos de ese objetivo. Sí queremos hacer política, sanitaria y de gobierno, para pensar medidas de acción que ayuden a los vecinos zarateños a atravesar este duro trance.

Nos consta que no todos lo ven así, y es valedero que así sea, lo triste es que aun cuando la realidad los abofetea siguen negando lo obvio. El negar la realidad tienen consecuencias reales para más del 93% de la población que aún no pudo acceder a la vacuna y que, obviamente, no incluye a la mayoría de quienes toman las decisiones, que lícita e ilícitamente se vacunaron.

Contar con un coro de aplaudidores de ocasión no da la razón, solo tapa el ruido de la realidad.

Zárate no es una isla y lo que el domingo ocurría en Campana comenzó a pasar en Zárate tres días después. Era previsible, aunque mucho prefirieran hacerse los distraídos.

La contundencia de los datos aplastó cualquier diatriba.

Es hora de actuar.

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